En la
mitología griega, las
Erinias (en
griego antiguo Έρινύες
Erinýes, de etimología desconocida) son personificaciones femeninas de la
venganza que perseguían a los culpables de ciertos crímenes. También se las llamaba
Euménides (en griego antiguo Εύμενίδες, ‘benévolas’),
antífrasis utilizada para evitar su ira cuando se pronunciaba su verdadero nombre. Según la tradición, este nombre se habría empleado por primera vez tras la absolución de
Orestes por el
Areópago (descrita más adelante), y más tarde se usó para aludir al lado benigno de las Erinias.