En la
mitología griega,
Astidamía era la reina de
Yolco, esposa de
Acasto e hija de
Creteo. Acasto purificó a
Peleo de la muerte del Rey
Euritión de
Ftía. Astidamía, la esposa de Acasto, se enamoró de Peleo, pero él la rechazó. Furiosa, envió un mensajero a
Antígona, la mujer de Peleo e hija de Euritión, para decirle que Peleo se iba a casar con la hija de Acasto, Estérope; Antígona se suicidó. Astidamia entonces le dijo a su marido que Peleo había intentando violarla. Acasto llevó a Peleo de caza, escondió su espada, y entonces le abandonó frente a un grupo de
centauros que le atacaron.
Quirón, el sabio centauro, devolvió a Peleo su espada, y éste logró escapar. Con la ayuda de
Cástor y Pólux, Peleo saqueó Yolco, y cortó la cabeza a Astidamia. Después, caminó con su ejército por encima de sus restos. Acasto y Astidamia estaban muertos, y el reino cayó al hijo de
Jasón,
Tésalo.