Los
túbulos T o
túbulos transversales son estructuras presentes en las
células del
músculo esquelético y
cardíaco. Su morfología es la de invaginaciones en forma de saco con un diámetro menor de 0,1 μm y situados recorriendo el perímetro de los discos Z del
sarcómero. Se trata de invaginaciones membranosas que presentan
anastomosis que conectan el
sarcolema de la
fibra muscular, dando la luz del túbulo al exterior de la fibra. Su existencia fue postulada por A.V. Hill de acuerdo a la velocidad de difusión de iones desde el sarcolema al interior de la fibra: debido a la celeridad en que se producía, Hill concluyó que un proceso (en vez de una sustancia) debía actuar como acoplador de la transmisión de la señal de la superficie de las miofibrillas con el aparato
sarcoplásmico de cada fibra muscular. Al
microscopio electrónico, los túbulos T se presentan como un sistema anastomosado en continuidad con túbulos similares de las células vecinas del mismo sarcómero. El punto de abertura se encuentra en el límite entre las bandas A e I en el músculo esquelético y a nivel del disco Z en el músculo cardíaco.