El
sarcolema (o
miolema) (Del griego σαρκο-, carne y -λέμμα, corteza) es el nombre que se le da a la
membrana citoplasmática de las
fibras (
células)
musculares. Es una membrana semipermeable y
lipídica, tal como las demás membranas de otras
células eucarióticas. Sin embargo, la continuidad de la membrana en la fibra muscular se extiende en forma de trabéculas hasta el interior de la célula a través del
sarcoplasma. A esas invaginaciones de canales tubulares con sus ramificaciones se le conoce como
tubulos-T. Este desarrollado sistema de cisternas en asociación con el
retículo endoplasmático liso, conocido como retículo sarcoplasmático, contribuye con la propagación del
potencial eléctrico que produce la
contracción de la fibra muscular, lo que permite la excitabilidad del músculo. La composición de un túbulo-T más dos cisternas terminales de retículo sarcoplasmático, se denomina
tríada (ubicadas en la unión de las bandas A-I de la fibra muscular esquelética), mientras que la composición de un túbulo-T más una cisterna terminal de retículo sarcoplasmático es denominado díada (ubicados en los discos Z de las fibras musculares cardíacas, en las cuales, sólo hay uno por sarcómera). Su activación permite la entrada de iones Calcio, lo cual es la señal de activación de contracción muscular.